El diario portugués 'A Bola' publica una entrevista con el seleccionador español, Vicente del Bosque, en la que el técnico revela su conversación con los jugadores antes de la final del Mundial de Sudáfrica ante Holanda.
Dos veces campeón de Europa, ahora campeón del mundo. ¿Qué más se puede pedir un entrenador?
No debo confundirme y pensar que con esto ya está todo hecho. Tengo que seguir pensando en el futuro y buscar, como siempre lo he hecho, cumplir con mi obligación. Esto no se hace mostrando los títulos ganados en el pasado, sino con gran dedicación. Como empleado de cualquier empresa me veo obligado a hacer mi trabajo de la mejor manera posible y cumplir con mi deber con un sentido de responsabilidad ante mi patrón, la Federación, para que esté contento con lo que hago y siga confiando mí.
¿Cuál es la sensación que le que quedó cuando se proclamó campeón del mundo?
La gran satisfacción que siempre se tiene cuando se llega al final de una misión con la certeza de que la obligación está cumplida. Un grupo de jugadores jóvenes, un cuerpo técnico y todos los que trabajaron con la Selección fueron capaces de hacer que un país fuese feliz y eso es, sin duda, una gran alegría.
¿Qué les dijo a los jugadores antes de entrar al campo para jugar la final?
Todo muy simple: no hubo palabras bélicas o patrióticas. Tampoco hablamos demasiado de táctica. Habíamos superado ya muchos desafíos antes y se sabían casi de memoria la lección. Sólo les dije que éramos unos románticos del fútbol, que nos habíamos ganado el derecho a estar en una gran fiesta del fútbol y que debíamos hacer todo lo posible para aprovechar esta oportunidad, única en nuestras vidas.
España necesitaba una buena noticia como ésta en medio de una gran crisis...
No sólo España. La crisis está por todos lados. La población de cualquier país desearía que el fútbol le hiciera un maravilloso regalo. Al menos por unos días, se olvidaron todos los problemas.
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