sábado, 12 de febrero de 2011

El Sporting no regala nada

@11paresdebotas

Se acabó la racha de victorias del Barça. Se acabó en el Molinón. Se acabó ante el equipo de Preciado. Se acabo ante 14 gladiadores y ante La Mareona.

En un ambiente extraordinario de pasión, tras el partido de selecciones y antes de la vuelta de la Champions, el Sporting salió a darlo todo desde el primer segundo ante un Barça al que acostumbran a sentar mal los parones internacionales. Y de nuevo fue así ante el Sporting. Su energía, su pasión y su deseo fueron muy superiores en el primer tiempo, los sportinguistas cerraban las líneas de pase interiores, presionaban la salida del balón y arrancaban al espacio tras cada robo. El esfuerzo, el entusiasmo y la velocidad eran las armas de los de Preciado.

Desconectado el Barça, sin velocidad de circulación y sin profundidad, cada error del Barça, extrañamente largo, con más distancia entre líneas que de costumbre, era aprovechado para atacar la espalda de Alves. Si no era una consigna de Preciado, lo pareció. Por allí atacaba el Sporting y por allí llegó el gol de Barral, en una gran jugada personal que no cortó Piqué antes de entrar al área, que la velocidad de Milito tampoco interceptó y que el gaditano clavó en el palo de Valdés.

1-0 y a remar. En ese escenario, con el Sporting con toda la energía y el Barça sin la tensión habitual, el equipo blaugrana jugó una mala primera parte, sin profundidad, sin entradas por banda y sin velocidad de circulación. Las rotaciones de Guardiola y los cambios de la segunda mitad dejaron en mal lugar a algunos de los nuevos en el campo. A Mascherano le faltó velocidad de ejecución, a Afellay se le vio sobrepasado y sin capacidad de asociación y Milito está lejos de tener la velocidad de movimiento y de desplazamiento de Abidal. A todo ésto ayuda poco que la banda izquierda no tenga profundidad. Villa tira la diagonal y jamás aprovecha los desmarques de Maxwell, y el brasileño apenas desborda siendo previsible su devolución hacia atrás.

Con Iniesta cansado, se le nota especialmente en sus fallos en los controles, pese a ser el único que creo una ocasión en el primer tiempo con un extraordinario quiebro de cintura, y Messi poco fino, el Barça se hacía previsible y fácil de controlar para un Sporting que apenas sufrió.

En el descanso Guardiola movió ficha, entró Pedro por Afellay, y el Barça comenzó a circular el balón con más velocidad, los movimientos de Pedro daban una posibilidad de pase más y habilitaban el carril para Alves. El equipo profundizaba así por la derecha y Xavi y Alves tuvieron las 2 primeras ocasiones, salvadas por un gran Cuellar.

La activación de Xavi y Messi empezó a generar juego interior y se multiplicó el esfuerzo de los sportinguistas que a duras penas conseguían dar dos pases seguidos y traspasar el medio campo, con lo que corrían de lado a lado persiguiendo la pelota. El segundo tiempo fue un monólogo con los de Preciado achicando agua.

Pep siguió dando pasos hacia adelante metiendo a Keita por Milito. Pedro atacaba ahora por el carril izquierdo y Villa jugaba de delantero centro. En una de las conducciones y porfías de Messi, el argentino habilitó a Villa en profundidad y el Guaje definió con una deliciosa vaselina. 1-1. Quedaban 15 minutos y la remontada parecía posible para los culés. Pep mandó a Bojan al campo por un agotado Iniesta y Preciado fue refrescando su mediocampo para capear el temporal.

Las llegadas eran constantes entre las perdidas de tiempo de Cuellar y los despejes a la desesperada de los vaciados jugadores de Preciado. La ocasión llegó para el Barça en otra jugada de Messi que cruzó con la derecha y Pedro mandó fuera con Cuellar batido.

No hubo tiempo para más. El trabajo a destajo de los asturianos tuvo su recompensa y la racha de los de Pep quedó cortada, aunque no hubo derrota. La Liga recobrará la emoción si el Madrid gana en Cornellá y nadie pordrá quejarse porque el Sporting no regala nada.

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