El comunicado de Cesc Fàbregas del viernes en el que anunciaba que no fichaba por el Barcelona y que se quedaba en el Arsenal ha ocasionado, como las buenas cornadas (y esta lo ha sido), dos trayectorias diversas en el seno de los órganos de decisión barcelonista.LA CURA TRAS EL FRACASO DE LA ‘OPERACIÓN CESC’
El Barça contacta con Özil
Mientras que en el cuerpo técnico que dirige Pep Guardiola se han tomado la embestida como la señal de que hay que mirar a la cantera, porque opinan que es difícil encontrar en el mercado alguna cosa mejor que lo que ofrece el fútbol base, en la directiva se han tomado la empitonada de manera diferente. Como un reto.Y ese reto se llama Ozil y juega en el Werder Bremen. Este es el nuevo objetivo de los directivos del club.
Los directivos, siempre tan dinámicos y acostumbrados a buscar soluciones ante los problemas, se han apresurado a abrir una vía de contacto en el mercado que pueda servir como bálsamo a la fracasada gestión con el Arsenal. Esa gestión que calificaron en su día como “fácil” y que contaba con la total complicidad del interesado.
Los directivos del Barça se han apresurado en contactar con el entorno de Mesut Ozil, jugador de 21 años del Werder Bremen, que fue uno de los jugadores más destacados del Mundial de Sudáfrica.
El Mundial ha puesto a Ozil en el mercado. Se trata de un jugador con excelente dominio de balón, que juega como centrocampista por la izquierda y que responde al arquetipo de lo que se espera de un jugador zurdo cerrado.
Ante esa carta de presentación, Ozil encaja en la filosofía Barça, pero ni es Cesc Fàbregas ni es tampoco, David Silva, jugador que Guardiola tenía señalado como segunda opción por si fallaba el fichaje de Cesc, como así ha sido. Pero lo grave es que cuando ha fallado el fichaje de Cesc, a pesar de que parecía estar casi hecho, Silva ya vestía la camiseta del Manchester City.
Por tanto, ahora hay que iniciar un proceso de negociación con un jugador que está de moda y por el que suspiran los grandes clubs de Europa (incluído el Real Madrid) y cuyo contrato expira el año que viene, lo que puede favorecer una salida a un precio razonable. O suficientemente razonable para que pueda ser asumido por las depauperadas arcas barcelonistas, según las noticias que llegan desde los nuevos rectores de la junta.
Ozil se encuentra en el mercado y el Barcelona tratará de conseguir un acuerdo con él para poder presentárselo a Guardiola como una alternativa para reforzar al equipo.
La táctica a emplear es parecida a la que se utilizó en el fichaje de Adriano Correia. El ex sevillista era un jugador que la junta del Barça controlaba y que se le ofreció al entrenador sin que él lo pidiera. A Guardiola le pareció que era una buena alternativa para cubrir la defensa y el centro del campo ante la inopinada venta de Chygrynskiy y dio luz verde a un fichaje que costó 9,5 millones de euros más cuatro en variables.
La junta barcelonista ha iniciado los contactos para contratar al jugador del Werder Bremen sin que exista la petición expresa por parte del técnico, que los únicos jugadores que pidió fueron Cesc y Silva.
Por eso, la táctica que piensa emplear el club blaugrana está clara. Empezarán a negociar con el club y con el jugador y en caso de conseguir un acuerdo óptimo para los intereses del club barcelonista llegarán con todo el paquete cerrado a la oficina de Guardiola y le dirán si quiere o no al jugador. Y será el técnico catalán el que tendrá la última palabra al respecto.
O al menos, eso es lo que se defiende desde el club y lo que prometieron los nuevos directivos del Barcelona cuando llegaron al poder, que el entrenador siempre tendría la última palabra.
Así pues, en el caso de que se llegue a un acuerdo entre el jugador y el club blaugrana, sería responsabilidad única de Guardiola aceptar o no al futbolista de origen turco e internacional por Alemania.
De momento, el entrenador barcelonista no está por la labor, pues considera que la cantera barcelnista ofrece la confianza suficiente para que no se tenga que ir a pescar fuera.
Cuestiones de aclimatación, de idioma, de conocimiento de vestuario y también económicas juegan a favor de la carta de jugadores como Thiago Alcantara, Oriol Romeu o Jonathan Dos Santos. En cambio, la posibilidad de hacerse con un jugador de la calidad de Ozil se encuentra en el otro lado de la balanza.
Todos, entrenador y junta, coinciden en afirmar que su interés es el de ayudar al equipo. Pero unos lo buscan en el mercado y los otros prefieren la cantera. Veremos cual de las dos opciones se impone al final. La cornada de Cesc, aún está abierta.
domingo, 8 de agosto de 2010
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