Jose Luis Castillejo
El Villarreal hizo honor a la estadística que indicaba que el Athletic era incapaz de sacar algo positivo del Madrigal en los últimos años, seis derrotas consecutivas en este estadio lo atestiguan, y supo sobreponerse al buen arranque del conjunto de Caparrós alejando así las dudas tras el último empate liguero y la derrota esta misma semana en Salónica.
El partido comenzó con un ritmo trepidante y fueron los leones los que golpearon primero en el marcador con un buen centro de Aurtenetxe que Llorente remataba cómodamente ante la pasividad de los centrales del conjunto amarillo. El Villarreal no se amilanó y poco a poco fue llevando el tempo del partido gracias a un gran Borja Valero, el mejor sin duda del encuentro, y al apoyo de su afición que estuvo constantemente encima de las decisiones de un Fernández Borbalán incapaz de controlar el encuentro desde el inicio.
El Athletic conseguía frenar los arreones de los castellonenses manteniendo las líneas muy juntas y gracias a una buena presión, pero en el minuto 39 iba llegar el comienzo de una tarde nefasta y para olvidar de Gorka Iraizoz. El guardameta mide mal una salida tras un gran centro de Borja Valero y Nilmar logra poner el empate en el marcador con un remate preciso.
Apenas cinco minutos después el portero rojiblanco iba a protagonizar la jugada tonta del partido y su segundo fallo importante. En una cesión sin aparente complicación de su defensa, quiso entregar el balón en corto para Aurtenetxe y el más listo de la clase, Santi Cazorla, se anticipó al cuero y consiguía marcar prácticamente a puerta vacía.
El partido continuó a un ritmo altísimo durante la segunda mitad y los vascos tenían cada vez más dificultad para robar el balón y acercarse al área rival. Ya con la entrada de recuperado Marcos Senna que volvía a la convocatoria, el Villarreal se hizo dueño y señor del centro del campo y los cambios de Caparrós no lograron surtir efecto en el marcador a pesar, y todo hay que decirlo, de que el combinado leonés no le perdió nunca la cara al encuentro.
Ya en el último tramo del partido la rigurosa expulsión de Aurtenetxe puso en bandeja a los locales la victoria que certificó en los minutos finales con sendos goles de Rossi y el canterano Jefferson Montero favorecidos por la defensa bastante adelantada de su rival. Victoria trabajada a pesar del marcador para los de Garrido que les sirve para ahuyentar fantasmas y afianzarse poco a poco como posible alternativa a Madrid y Barcelona.
domingo, 7 de noviembre de 2010
El submarino no se hunde
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