Inoperancia en mediocampo, candidez defensiva, y nula mordiente en ataque. La receta a la que los racinguistas estamos acostumbrados este año, (excepciones hechas en los partidos ante Almería y Osasuna, que fueron de claro dominio verdiblanco más por demérito del rival que consistencia propia), y que nos hace añorar tiempos mejores, en los que Marcelino capitaneaba el equipo desde el banquillo.
Tocaba partido en Anoeta, ante una Real Sociedad que en su regreso a la máxima categoría del fútbol español, y el Racing debía demostrar que el 4-1 que le endosó la semana anterior al Osasuna no fue fruto de una casualidad. Repitiendo el mismo once, Miguel Ángel Portugal esperaba haber dado por fin con la tecla que hiciera al conjunto verdiblanco funcionar como equipo. Pero nada más lejos de la realidad, pues únicamente 6 minutos necesitó el conjunto 'txuri-urdin' para adelantarse en el marcador, merced a un gol de Joseba Llorente. Y a partir de ahí, durante los 84' restantes, lo más peligroso que hizo el Racing fue un disparo de Nahuelpán desde dentro del área, que rechazó el portero sin apenas moverse del sitio.
Ni un tiro a puerta peligroso, ni una ocasión que hiciese levantarse a los aficionados racinguistas. Ni una sola jugada que hiciese pensar que el equipo montañés podría plantar cara a los donostiarras. Una pareja de centrales blandísima, con Torrejón y Henrique, dos laterales muy ofensivos que no brillaron ni en ataque ni en defensa, provocaron que cada vez que la Real Sociedad pisara el área visitante, los que veíamos el partido nos echáramos a temblar. Sólo Toño, abandonado a su suerte en el área evitó que el Racing recibiera una goleada, que por otro lado, hubiera sido más que justa.
El centro del campo, con Colsa y Diop en el doble pivote, mostró todas las carencias de ambos jugadores. La lentitud a la hora de moverse, correr, cambiar de dirección de Gonzalo Colsa (cosas de la edad) y el nerviosismo (por falta de experiencia, y por tener la calidad justita) de Pape Diop, provocó, no solo que la presión de la Real Sociedad surtiera efecto, sino que además, evitó que le llegaran balones a las bandas y la mediapunta, donde Munitis, Rosenberg, y Kennedy no pudieron hacer mucho. Munitis y Kennedy, respectivamente, lo intentaron de todas las meneras posibles, pero no les salió nada bien. Por otro lado, Rosenberg tuvo un partido muy gris, en el que apenas mostró de esa calidad de la que ha hecho gala alguna vez. Y, Ariel Nahuelpán mostró que un equipo como el Racing de Santander no se puede permitir el lujo de tener un delantero centro que no presione, corra y ayude a defender.

En definitiva, el partido fue muy malo para los racinguistas, que vuelven a ver cómo su equipo se vuelve a asomar al barranco del descenso, y teniendo que plantar cara este martes al Córdoba en Copa del Rey. Partido en el que el Racing tendrá que recuperar los dos goles de desventaja que se llevó en el Arcángel en el partido de ida. Los suplentes tendrán de nuevo su oportunidad, pero Portugal no se puede confiar, porque de caer eliminado, podría tener problemas muy serios para su continuidad.
El martes, El Sardinero podría dictar sentencia.
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