El Real Madrid volvió a mostrar su pegada frente a un Athletic que sólo aguantó una hora.
El Real Madrid, sin jugar especialmente bien en ninguna fase del encuentro, se impuso a un Athletic que pagó caros sus despistes defensivos. Los bilbainos plantaron cara durante los primeros 60 minutos y llegaron a poner en serios apuros la portería madridista, pero se encontraron con un inconmensurable Casillas.
El comienzo del Madrid no fue tan fulgurante como lo viene siendo en los últimos partidos. De hecho, la primera gran ocasión del encuentro llevó la firma de Llorente, quién si no. El delantero del Athletic estuvo a punto de inaugurar al marcador en una gran jugada dentro del área, con un cambio de pierna al más puro estilo Laudrup incluido. Su remate lo salvó Pepe bajo palos. En estos primeros minutos el Madrid no tuvo más que un par de acercamientos hasta que en el minuto. 19, Higuain remató un fenomenal pase de Di María para poner en el marcador el 1-0. No es el primer pase de este tipo que le vemos a Di María en esta temporada. El argentino, cuyo fichaje llegó a causar ciertas dudas al inicio, se está adaptando muy rápido a la liga española. Pese a que lo que se esperaba de él era velocidad y profundidad por la banda izquierda, el extremo argentino se está destapando como un jugador muy completo, capaz de aportar cosas al juego interior del equipo y con una inagotable capacidad de trabajo.
Tras el gol, el Athletic se estiró más en ataque, permitiendo al Madrid jugar como más le gusta, con velocidad y espacios por delante. Los bilbainos tuvieron un par de llegadas con peligro, sobre todo una de Susaeta, pero en el minuto 29 en una vertiginosa contra, marca de la casa de este Real Madrid, Cristiano Ronaldo hizo el 2-0 y prácticamente puso la puntilla al voluntarioso Athletic. El contragolpe fue de esos de manual. Higuaín hizo de lanzador, entrando por la parte derecha del ataque, le dio el balón a Ozil, que entraba por la izquierda, y este, de un solo y sutil toque, dejó solo a Ronaldo para que fusilara a Iraizoz. Tres toques. Esto es lo que Joaquín Caparrós bautizó en la rueda de rpensa previa al partido como “Tik-Tak”. El Athletic lo siguió intentando hasta que en el minuto 39, Llorente (tenía que ser él) resolvió en el área pequeña tras un fallo de la defensa madridista, y acortó distancias. Con el 2-1 se llegó al descanso.
En la segunda mitad sólo hubo partido durante 12 minutos, los que tardó Susaeta en mostrarnos que desconoce el oficio defensivo. El atacante del Athletic cometió un clamoroso penalti sobre Di María, el hombre del partido. En el lanzamiento del penalti se produjo uno de los momentos inesperados y polémicos del partido. Sergio Ramos cogió el balón y lo colocó en el punto de penalti para lanzar la pena máxima, ante la incredulidad del personal, incluido el porpio Mourinho, que no paraba de gesticular desde la grada, visiblemente contrariado. El sevillano lanzó el penalti de forma inapelable e hizo el 3-1, pero tanto Cristiano Ronaldo como Mourinho no parecían demasiado contentos.
Cinco minutos más tarde, Amorebieta hizo a Cristiano Ronaldo una de esas faltas absurdas a las que nos tiene acostumbrados, que además le costó la amarilla. La falta estaba bastante alejada de la portería del Athletic, pero Cristiano Ronaldo lanzó un misil que Gorka no acertó a desviar. Era el 4-1. Poco después del gol, Khedira hubo de retirarse lesionado. Le sustituyó Lass. Ya con el partido sentenciado, Mourinho dio entrada a Benzema y Granero. El partido ya estaba agonizando, pero aun le quedaba a Gorka un balón que recoger del fondo de su portería. Ya en el tiempo añadido, Amorebieta, el central que no piensa, hizo un penalti tan claro como innecesario a Granero. Esta vez Ronaldo se apresuró a coger el balón para lanzar, y puso el broche al partido con un hat-trick.
El Madrid se anotaba una nueva goleada en su estadio y se aseguraba seguir como líder hasta el partido del Camp Nou, que será el verdadero termómetro para medir a los dos colosos de nuestra liga. Si para algo ha servido esta jornada, con las goleadas del Barcelona por 8-0 en Almería y del Madrid por 5-1, ha sido para que podamos comprobar una vez más las enormes diferencias que existen entre los dos grandes y el resto de equipos.
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